Por alguna razón encuentro el tema de las adaptaciones de lo más interesante. Adaptaciones al cine de cualquier tipo, de una novela, un cuento, una obra de teatro, una videojuego, de una hsitoria real, etc... Pero sólo me gustan cuando están bien hechas, claro.
Un ejemplo de una hermosa adaptación es La Naranja Mecánica, de Kubrick, basada en el libro homónimo de Anthony Burgess. El libro termina siendo una moralina sobre como los jóvenes son jóvenes y siempre van a hacer locuras, pero la película critica las convenciones sociales, las formas de poder, el vacío existencial del individuo posmoderno y la falta de mujeres en tetas en el mundo actual que nos rodea.
Pero esto no es de lo que quiero hablar, si no de la triste situación en la que se encuentra la industria de la adaptación moderna. Cuando una película basada en un videojuego de acción cuyo único atractivo es tener una protagonista que salta alto está por conseguir una tercera entrega, uno se da cuenta de que ya no hay nada bueno para adaptar (y ni hablar de la secuela de 100% Lucha). Por eso, desde este humilde pero criticón espacio proponemos las siguientes temáticas:
Adaptación de dichos populares:
Cualquier persona que haya tenido por abuelo a Sancho Panza descubre que hay miles de dichos populares, referidos a los más diversos temas, y de diferentes tonos también. Así encontramos desde el inocuo "Ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón", hasta el evidentemente erótico "En casa de herrero cuchillo de palo".
Este tipo de adaptaciones no requiere mucho para pensar, uno agarra un dicho y le pone a la película, por ejemplo, No por mucho madrugar amanece más temprano, y propone una idea que le sea fiel al refrán. Raúl, un desocupado en busca de trabajo, se levanta todos los días a las 5:30 para llegar primero a todas las entrevistas. Nunca consigue el empleo, y aparte, le pasan las cosas más calamitosas, todas relacionadas con la hora. Por ejemplo, se pelea con un panadero, o lo atropella un canillita.
Harto de todo, el señor Raúl deja de levantarse temprano porque lo pone de un humor del carajo y se dedica a dormir hasta las 12. No consigue trabajo, claro, pero se da cuenta de que está en edad de jubilarse y asunto resuelto.
Adaptación de cosas que pasan en la calle:
Esta es más complicada. El adaptador agarra algo que pasa o puede pasar en la calle y lo hace película. Por ejemplo, un policía de tránsito redactando una multa. ¿Cómo se adapta eso? No lo tengo muy claro, pero lo que sí sé es que no quiero ver en pantalla a un policía redactando una multa, porque eso no es adaptar, eso es... No sé, nada, copiarse, cambiar de formato (de formato realidad-ojo-oído a formato audiovisual). Lo que yo quiero es salir del cine y poder decir a mi acompañante "Me parece haber estado viendo estas últimas dos horas a un policía de tránsito redactando una multa", aunque en la pantalla se haya mostrado una competencia de baile.
Una idea, la película se llama Choque leve en el semáforo de Pedro Molina y San Martín. De más está decir que en la película no hay ningún choque. Sergia, una chica con un nombre muy desafortunado, se encuentra con un hombre muy desafortunado, Raúl, pero otro Raúl, no el de No por mucho madrugar amanece más temprano. Ellos representan los autos, Sergia un Peugeot 405 blanco, y Raúl un Renault 12 rojo sin patente. Se llevan muy mal, y en un momento dado se pelean físicamente. Ese es el momento exacto del choque. Pero claro, ustedes pensarán, hay más cosas que el choque en sí, y tienen razón. El paragolpe trasero del Peugeot está representado por Nadine, una amiga de Sergia quien se quiebra al caer empujada por Raúl durante la pelea. El radiador destrozado del Renault 12 es Néstor, el padre de Raúl, un anciano incontinente que sufre un cuádruple infarto por los disgustos que le causa su hijo. Los testigos del siniestro son los extras, que meten algún bocado como "Ojalá tengan seguro", como para dar pistas que en realidad la película se trata de un choque y no de una historia de amor.
Por ahora no tengo más ideas, pero seguro que con estas dos Hollywood chorea dos añitos.
Un ejemplo de una hermosa adaptación es La Naranja Mecánica, de Kubrick, basada en el libro homónimo de Anthony Burgess. El libro termina siendo una moralina sobre como los jóvenes son jóvenes y siempre van a hacer locuras, pero la película critica las convenciones sociales, las formas de poder, el vacío existencial del individuo posmoderno y la falta de mujeres en tetas en el mundo actual que nos rodea.
Pero esto no es de lo que quiero hablar, si no de la triste situación en la que se encuentra la industria de la adaptación moderna. Cuando una película basada en un videojuego de acción cuyo único atractivo es tener una protagonista que salta alto está por conseguir una tercera entrega, uno se da cuenta de que ya no hay nada bueno para adaptar (y ni hablar de la secuela de 100% Lucha). Por eso, desde este humilde pero criticón espacio proponemos las siguientes temáticas:
Adaptación de dichos populares:
Cualquier persona que haya tenido por abuelo a Sancho Panza descubre que hay miles de dichos populares, referidos a los más diversos temas, y de diferentes tonos también. Así encontramos desde el inocuo "Ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón", hasta el evidentemente erótico "En casa de herrero cuchillo de palo".
Este tipo de adaptaciones no requiere mucho para pensar, uno agarra un dicho y le pone a la película, por ejemplo, No por mucho madrugar amanece más temprano, y propone una idea que le sea fiel al refrán. Raúl, un desocupado en busca de trabajo, se levanta todos los días a las 5:30 para llegar primero a todas las entrevistas. Nunca consigue el empleo, y aparte, le pasan las cosas más calamitosas, todas relacionadas con la hora. Por ejemplo, se pelea con un panadero, o lo atropella un canillita.
Harto de todo, el señor Raúl deja de levantarse temprano porque lo pone de un humor del carajo y se dedica a dormir hasta las 12. No consigue trabajo, claro, pero se da cuenta de que está en edad de jubilarse y asunto resuelto.
Adaptación de cosas que pasan en la calle:
Esta es más complicada. El adaptador agarra algo que pasa o puede pasar en la calle y lo hace película. Por ejemplo, un policía de tránsito redactando una multa. ¿Cómo se adapta eso? No lo tengo muy claro, pero lo que sí sé es que no quiero ver en pantalla a un policía redactando una multa, porque eso no es adaptar, eso es... No sé, nada, copiarse, cambiar de formato (de formato realidad-ojo-oído a formato audiovisual). Lo que yo quiero es salir del cine y poder decir a mi acompañante "Me parece haber estado viendo estas últimas dos horas a un policía de tránsito redactando una multa", aunque en la pantalla se haya mostrado una competencia de baile.
Una idea, la película se llama Choque leve en el semáforo de Pedro Molina y San Martín. De más está decir que en la película no hay ningún choque. Sergia, una chica con un nombre muy desafortunado, se encuentra con un hombre muy desafortunado, Raúl, pero otro Raúl, no el de No por mucho madrugar amanece más temprano. Ellos representan los autos, Sergia un Peugeot 405 blanco, y Raúl un Renault 12 rojo sin patente. Se llevan muy mal, y en un momento dado se pelean físicamente. Ese es el momento exacto del choque. Pero claro, ustedes pensarán, hay más cosas que el choque en sí, y tienen razón. El paragolpe trasero del Peugeot está representado por Nadine, una amiga de Sergia quien se quiebra al caer empujada por Raúl durante la pelea. El radiador destrozado del Renault 12 es Néstor, el padre de Raúl, un anciano incontinente que sufre un cuádruple infarto por los disgustos que le causa su hijo. Los testigos del siniestro son los extras, que meten algún bocado como "Ojalá tengan seguro", como para dar pistas que en realidad la película se trata de un choque y no de una historia de amor.
Por ahora no tengo más ideas, pero seguro que con estas dos Hollywood chorea dos añitos.
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